
He encontrado en Internet la prueba irrefutable de que yo debería ser nombrado el Conde Duque de Olivares II.
Observen este bello cuadro del primer Conde Duque, con ese porte, ese bigote, esa robustez elegante, que tan similar lo hace a mí.
Observen este bello cuadro del primer Conde Duque, con ese porte, ese bigote, esa robustez elegante, que tan similar lo hace a mí.
Hoy me voy satisfecho a dormir.
Nota sanitaria. Válvula abierta.
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