miércoles, 7 de mayo de 2008

Qué inmundo es el cine




Estimado y (por fin) activo lector:

Como bien sabéis, en repetidas ocasiones he deseado que en todos los cines del mundo se fuera la luz indefinidamente para dar unos instantes de tregua al gran desasosiego que me producen las indecencias que se proyectan día tras día en esas pestilentes salas abarrotadas de jóvenes sobrehormonados y jubilados ociosos.

Pero hoy, Fortuna se ha dignado a mostrar ante mis incrédulos ojos un film nada corriente en la trayectoria que precede a mi segundo hogar en esta corrupta ciudad, el Orpheum de New Orleans. A pesar del esfuerzo que me ha supuesto transportar mi prominente físico cargado con un vasto alijo de palomitas y chocolatinas hasta el asiento, he salido satisfecho y por primera vez en mucho tiempo no he sentido deseos de blandir mi iracundo sable contra los espectadores y tan sólo interrumpí la proyección con algunos sonidos guturales propios del sobrecogimiento.

Ante la tediosa cartelera decidí entrar a ver Lars y una chica de verdad, alentando al reconocer quien era el director: Craig Gillespie, que ya en el pasado me cautivó con su inolvidable comedia Cuestión de pelotas. Sí, Lars y yo tenemos mucho en común; ambos somos seres solitarios, incomprendidos, grandes hombres a los que la familia y el trabajo a menudo enturbian por pura envidia de nuestro loable y espartano modus vivendi. Sólo que mi homólogo en la pantalla pasa a convertirse en el centro de atención de la comunidad al encontrar a una preciosa compañera, al que ni yo ni él encontramos ningún defecto estructural ni mental: Bianca.

Ese trozo de plástico me sería de gran utilidad, no sólo por el descanso que supondría a mi agotada musculatura, si no una gran oportunidad de conversar con un ser de mi altura, no como mi vieja madre (que últimamente está insoportable, ya que han puesto de oferta el whisky en el supermercado, 2X1). Tampoco me ofuscaría con absurdas ideas revolucionarias como mi eterna enemiga, esa trifulcante, la Srta. Minkoff, que por cierto, ¿Qué será de ella? ¿Qué clase de fechorías estará tramando esa adversaria de las buenas costumbres? Desde luego no tendré que volver a pensar en ella si consigo una de esas Biancas…

Os abandono con gran lástima, sé que este blog es lo único de calidad que leéis.




2 comentarios:

Eme dijo...

Hala,
pero si es el actor de "El diario de Noah" o de Noa, no sé.
Qué sorpresa...

Tomo nota de la recomendación, para cuando pueda volver a ir al cine.

Saludos cordiales, estimado Ignatius

:P

Ignatius J. Reilly dijo...

Veo que alguien se toma en serio mis recomendaciones. Hace bien, joven. No recuerdo una película llamada "El diario de Noah" o Noa, probablemente fuera un film detestable y lo he olvidado.

Saludos, señorita eme.